martes, 6 de diciembre de 2016

ecuación

antes de llegar al poema 
la voz escribe 
en ese espacio mudo de la conciencia

otros seres
pasan de largo la noche
boquean como peces muriendo
en una superficie fongosa

que  clase de poeta
dejaría afuera de la ecuación
a su manada 


en común

Con mi abuelo compartíamos
el silencio
y la palabra

lo mismo que compartíamos
con mi madre

a veces creo
que amaron tanto
que eso los hizo más frágiles

a veces creo que sólo puedo honrarlos
así.


un jardín

hay un jardín del que nunca me iré
una higuera a la que tuve que abrazar
antes de irme
y aún extraño

las noches entre los grillos
el agua de la pileta
cuando desbordaba
y caía por el camino

dejamos las plantas listas
para la mudanza
ungimos de aves
la despedida.


la araña

medir la peligrosidad
de una araña
por su capacidad
para quedarse quieta

          y no atacar

sabe

aquella señora que empuja
un carro cubierto de flores
no sabe
que estoy escribiendo un poema

ni el paso lento
del vendedor de café
en la esquina del hospital
sabe que estoy escribiendo un poema

como un insecto que libe
las frutas de los árboles
en la india

nadie sabe que estoy escribiendo un poema


la vida

la vida atrae a la vida
una roca de mar
no tiene mucho que ofrecer
pero vibra



cauces

los cauces de los ríos
cambian año a año
persiguiendo el mar

no hay nada
que no esté en movimiento


movimientos

viajo con dos hermanas
que subieron en rosario
hablan de ver llorar a un sobrino
dicen que todavía no le dieron el cuerpo
pienso en un hermano muerto
en buenos aires

y en la manera  que tenemos
para nombrar la muerte
a distancia
para que nos mueva
en el mundo

ellas conversan, ahora
sobre el pasado
toman mate con mucha azúcar
una de ellas se seca una lágrima
dice algo
que resuena, casi como un verso

pienso en mi madre
que siempre encuentra la manera
de hablarme en la poesía

la lluvia

la lluvia lava los huesos
              los lame 
              los hace polvo

la lluvia dibuja arterias
en las ventanas del micro

tiemblan y se estremecen
como si el camino
fuera un sismo

un mundo gris detrás de un mundo gris
o adentro


luz mala


luz mala

cuando era pequeña,
viajábamos al mar
en auto
y yo contaba los esqueletos
al costado de la ruta

a veces los números
me apretaban el pecho
imaginaba el
el extravío y la agonía,

animales muertos
de hambre y de sed
enfermos
solos
sin refugio

los huesos brillaban
azules
mientras
la luna nos seguía
hasta el Atlántico

el paisaje cambia cada vez
y se extingue,
cambia y se pierde
detrás de las líneas amarillas

a cada lado de la ruta
hay un cementerio que brilla



uno más

la planicie es una mentira
todo tiene una superficie

hay hombres trabajando
bajo la sombra
el sol hace dibujos en la ruta

cada tanto
cierrro los ojos
y pienso en lo que pierdo

tres poemas sobre la ruta

para llevar una vida tranquila
deberíamos dejar la ciudad
tomar el curso de una ruta
ver cómo el viento
gobierna la nada


me gusta cuando
los micros de larga distancia
entran en los pueblitos
con veredas de tierra
con la vida inhóspita de las ventanas cerradas

ves los silos ampararse
como centinelas olvidados
nadie les guarda respeto ya
apenas abren su vientre
para la acopia
son esclavos de la acumulación

inmanencia del fin

los poetas jóvenes
deben saber
que todo tiene un final
la juventud
y la absoluta inercia
del presente
también terminan

permanece
lo que sobrevive al fuego
no lo que arde
hasta consumirse


contramano

Curarse de la verborragia
de la parfarnalia,
del narcisismo
en caída libre.

Fallarle al mundo
porque eso nunca será
fallarme a mí

falkor

Escribir sobre la nada
para que la nada diga
ser los Atreyu de la voz

Saber que Falkor
no debería ser nunca
una mascota

No se puede domesticar
la magia

fragmentxs

hay que volver al fragmento
no sólo en la poesía
sino también
en la vida

fragmentar la ducha
                   la luz del sol
                   los colores de una manzana

y la palabra