jueves, 25 de enero de 2018

acostumbrarse

Cómo es eso
de que te acostumbraste
tanto al dolor
que ya no decís 
al mundo
cuánto te duele

 lo vas midiendo
 en días que no tiemblan
 en ríos de sangre que fluyen
 donde antes no 

 Como si midieras
 ahora
 la extrañeza
 de un cuerpo sano
 más que la rutinaria estampida
 de tus manos

ilusión

descansamos para ver
la final de tenis de mesa
entre japón y china
todo el tiempo creí
que el saque era con la cabeza
vos decías que la forma
en que se arquean
confunde el plano
del objeto con el cuerpo
a mí me parece
que la ilusión
no es óptica
sino simbólica
el centro de poder
está siempre
donde tiene que estar
por ejemplo, yo ahora
pondría mi cabeza
en el vientre
sería un nodo vivo
de mis entrañas
dejaría que todo lo que diga
y haga sea visceral
o no sea nada

martes, 23 de enero de 2018

duelo

En esto también
el aire
se parece al duelo
alojar el dolor del mundo 
recortar el vacío
y llamarlo
 amanecer de todos los días
 noche que cae sobre un témpano
 árbol que muda sus dedos hacia la primavera

lo peor

Lo peor
es acostumbrarse
porque entonces significa
que aceptamos

ya no damos pelea
no levantamos resistencia
no decimos
 tengo que curarme

tumba

Me heriste profundo
en la nieve
un rastro hecho
con días violentos

Cada tanto
hago esto de volver
a escribirte
pensar en tu nombre
en el hijo que no vino

sabor

no quiero exagerar
pero mi memoria extrema
recuerda detalles inútiles
como el color de la camisa
de una chica en ese recital

ni siquiera recuerdo
el nombre de la banda
pero podría inventarlo
tampoco es ciert
que recuerde cuánto te amaba
cuando te veía venir hacia mí 

aunque podríamos seguir
el relato detrás de esa noche
hay fotos que prueban
que cerrabas los ojos al besarme

y comprendo que dura y tajante
fue la lluvia
o que oprimido estaba el aire
cuando no querías hablarme
o  qué sabor extraño
 tenían mis lágrimas. 


desesperación

Recuerdo
que a veces  me llamaba  
en una voz que no se parecía
a la suya

Acaso como un eco
su  voz decía
Afuera, la noche y una erinia que espera

Yo me acercaba 
y le sostenía la mano 
Le decía que todo estaba bien
que no me había ido 

Ahora sostengo
una taza
o el papel donde escribo

Y a veces temo
que  mi madre ya no esté 
en la memoria del  mundo
y sea esta  desesperación 
la que marque mi ritmo 

las novelas turcas

I

Ellas hablan de la novela turca
El sultán que no se casaba nunca
Beben un té y se miran a los ojos
El pelo cobre de la tintura
Las manchas en las manos
El tono de su voz
Miro con desprecio sus pies
Las fantasías que brillan de su cuerpo
No es oro 
Lo que brilla
No hay nada sano en ese rostro
Y sin embargo 
Ellas están vivas
Y mi madre no
Ahora dicen que el sultán fue
Real conquistador de tierras exitoso
Suspiran cuando hablan de su vestuario
Dicen que prefieren
Levantarse de la cama
Ellas que están vivas
Y ven crecer a sus nietos

II

Dicen que los vestidos
de las mujeres de la novela
son una preciosura
Y así la princesa 
Y asi la dama
Y así la sirvienta 
No se preguntan por qué 
Ni dudan del brillo de las fantasías 
Ni temen no poder abrir los ojos
O quedarse sin aire
como temía mi madre


mochila

Volver al Sur
nunca se pareció tanto
a volver al Oeste como hoy.
Con la luna caída
y la sensación de las calles desierta
y de los árboles.
Con las ganas de no tener
que dormir hasta mañana
y quedarse con las amigas
y llevar algo de poesía
en la mochila.

otras

Sé que este calor anormal
y no el frío de junio
es el que enferma
pero el mundo se ha empeñado
en maltratar al invierno
olvidar el fuego y el refugio
quieren vivir bajo el sol 
pero han olvidado respetar la noche
Mientras tanto la lluvia
tarda en llegar
Se anticipa y se quita
dudosa del cielo
Los huesos duelen
bajo este crepitar húmedo
bajo el silencio del solsticio cercano
hablan de tiempos
en los que la Tierra y el Agua
eran otras

dos años

Cuando la pena es íntima
se vuelve cómoda y segura
como un refugio
no se mide con palabras
hay un brillo sobre nosotros
pero no podemos verlo
me inquieta perder el hilo 
o que las flores se doblen
sobre el mármol
las aves cantan
sobre los árboles desnudos
la llovizna dibuja
diamantes
en el pelo de mis hermanas
mi hermano me sostiene la mano
para darle calor
y todos nos quedamos
en silencio
un rato largo
miramos tu nombre tocar la tierra
sé que esto es apenas
una manera de
ponerle días a tu ausencia
llamar con tu voz
lo que nos habita
lo que nos hace hermanos.

Dos años es tanto tiempo.

una galaxia

Me inquieta
el movimiento incesante de los astros
Cómo todo ocurre sobre
nuestras cabezas
y nos quedamos
en el espacio recortado
por la memoria
Todo lo que hacemos
debería recordarnos
el Origen,
aun temblar ante el viento,
prender una hornalla,
calentar el agua.

Tal vez sea eso,
este poema:
un canto diario que me despierta.

Hoy también estoy viva,
me duele la mano
Y hay una galaxia entre nosostros

Santiago Maldonado

Desperté pensando en las mujeres desaparecidas.
Desperté pensando en los niños desaparecidos.
Desperté pensando en los pueblos desaparecidos
Y los árboles y los ríos envenenados,
los animales que se extinguen bajo la crueldad humana
¿Qué ser oscuro pudo haber engendrado tan terrible consciencia?
Hacer de la muerte un negocio, beber de la sangre y la vida de este mundo
Desperté pensando en los pibes que mató la fuerza del Estado, de hambre, de exclusión, de desidia.
Desperté pensando en la sangre que mancharon las calles y los puentes, ¿te acordas de ese diciembre oscuro?, ¿te contaron de esa plaza bajo las bombas?, ¿supiste alguna vez el nombre de esos desaparecidos?
Todo está ahí, en nosotrxs, latiendo
Todo está vivo, en nosotrxs, latiendo
Desperté pensando en el nombre de un desaparecido
Desperté porque está desaparecido
Desperté porque hay tantxs otrxs desaparecidxs.
Desperté.

sueño de septiembre

Soñé con un río al que íbamos a buscar el atardecer pero estaba cubierto de basura. Vos estabas esperando a un gurí para mostrarle algo, decías. Había gente en los techos jugando con el sol. Nosotros estábamos en un techo jugando con el sol. Pero después volví al río sola, quería encontrar algo, entender. Me crucé con inversionistas que hablaban de tirar abajo las paredes, quemar la basura, echar a la gente del barrio. Me detuve porque del agua podrida asomaba la cabeza un animal. Y se irguió enorme. Era un camélido ataviado con brillos. Iba montado por una mujer morena, con una túnica negra que también tenía brillos. Los vi tomar un camino hundirse en el agua marchar hacia el este. Los seguí.Yo no lo había visto pero seguí caminando y el barrio era de casas bajas precarias y una calle de tierra que daba al río. Entré siguiendo a un niñito regordete que reía dos años tenía no más a una casa. Miré los cuartos, las paredes, la luz de la lcocina. El niño no estaba se oía música. Al salir me dijeron está acá Carolina pero igual me fui. Me esperaban mis hermanas. Nos íbamos a juntar a merendar. Fuimos con Naty a comprar algo dulce para comer a un lugar extraño. La empleada que nos servía escribía las superficies con comida. Así se ganaba la propina. Tenía una letra hermosa, un mechón de rulos rojos salía por debajo de su cofia. Mientras esperábamos alguien pidió su picada para los amigos y se tiró boca abajo para que le escribieran el cuerpo. La empleada le preguntó qué escribir a mi hermana y enseguida dibujó unas líneas sobre la cintura. Me preguntaron a mí y dude y dije y me desdije tantas veces que la muchacha sufría cada vez que le dibujaban y borraban las letras. Entonces tomé yo el tenedor y escribí sobre su espalda, tratando de no herirla: Ni ayer ni mañana, HOY.
Desperté. Tenía los brazos dormidos. No sentía mis manos. Me duelen ahora que escribo. Pero tenía que decirlo. Es HOY.

e mail

Antes de dormirme
escribo en un mail
otro poema
es la única manera de escribir
que tengo estos días
casi como si esperara
poder enviar un mensaje
y no un poema
o que el poema fuera el mensaje.
Pienso en la importancia
de los abrazos
y en que quisiera capturar
para siempre este cielo violeta
y su aullido
como si temiera perderlo
como si comenzara a entender
que ningún cielo puede ser el mismo

tensar cuerdas

Me despierta la luz 
las golondrinas que han vuelto
pero mi cuerpo no despierta 
la rigidez se mantiene a pesar
de haber despegado mi cabeza del sueño 
como si corriera en la noche
o tensara cuerdas
no importa
ya es mañana abierta
y comprendo las medidas de lo importante
con cada segundo que pasa

disculpas

Las cosas se ponen así en octubre.
Asumen el color de la revolución
pero hacia adentro. 
Adentro, la voz acuciante del tiempo.
Adentro, esto que rodeo con mis manos.
Estoy llenando mis días de exterioridades. 
Pieles que simulan fortaleza para un dolor intermitente. 
Sepan disculpar las molestias.
No sé vivir de otro modo.

jazmines

Dejamos abierta la puerta de la terraza 
y el viento trajo un aroma dulce
lo sentimos llegar
extrañados
por el silencio y la presencia
mientras el aroma crecía 
pregunté qué era eso 
casi afirmando la existencia de una flor donde no había ninguna
el viento trajo jazmines dijiste
y tuve que mirar a un costado
para asegurarme de que la foto

en el altar permanecía en su sitio
convencida de que tal magia
podría también traer
la muerte a la vida .

el altar

Ayer limpié
la tierra de nuestros altares
mientras esperaba con ansia 
un mensaje, el sonido de las llaves en la puerta
un indicio
dije los nombres
de cada una de las piedras
las amontoné sobre la luz
para que el mundo tuviera una forma
el sentido 
puede ser el que vamos encontrando
o también este azar escandaloso
que se escapa.
Estaba templando
mis manos bajo el agua
cuando llegaste
cerré la canilla
vi el dolor que traías en los ojos
pegada la voz a la tierra
atenta al movimiento del cielo.
Te abracé.
Te dije que ya era hora.
Te hiciste de nube y de polvo.

hornero

Acabo de ver las alas de un hornero 
brillar bajo el sol 
naranjas ocres preciosas
y luego cerrarse
justo al tocar el cordón de la avenida.
Estoy convencida
de que la ciudad no existe para el hornero,
ni el infierno, ni el tiempo.

tristes

Qué tristes estaremos
que celebramos un arcoiris
vemos señales de luz
donde sólo puede haber oscuridad
encontramos en el dolor de las manos
la sanación
la cura alguien dice
está en un código
lo buscó en esta
alimaña que late invisible
y nos une.
Qué grises somos
y que brillantes
casi comprendo
que la pena es voz
de una mujer herida
este mi cuerpo herido
ya no es mi cuerpo herido
le abrí un tajo de papel
y sangró todo el día
Qué pequeños ante el mundo
la furia el silencio
quiero volver al estado
en el que me desdigo
y me hago doble de mi espejo

la voz del tren

Por alguna razón
el tren se detiene
en medio de las vías
veo cómo las golondrinas dan vuelta
sobre el vagón abandonado 
que está cerca del puente 
pienso en las horas
que estuve sin moverme 
pegada más a la desidia
y la falta de sueño.
Ahora el tren avanza
y brilla el sol
sobre los galpones.
Monto mi voz
a la voz del tren
antes de que se termine la estación
y caiga en el vacío el planeta
quiero que sepas que estoy en camino

Yo vi otras tormentas

Yo vi otras tormentas 
aunque ninguna era como esta
cuando era chica 
me quedaba en la puerta
mirando el viento
golpear los árboles
o espiaba
por la ventana del baño el horizonte
tenía la sensación de que algo
quería decirme el viento
o, tal vez,
había algo que hubiera querido decir yo
algo olvidado hace tiempo
como si cada vez

que esa luz violeta
entrara en mi ojo
yo fuera en realidad
otra
danzando bajo los árboles o
bajo la sombra de una ciudad futura
y fuese esta vida

apenas una ilusión
o la cara de una moneda
y este canto que ahora
brota de mi silencio
antes hubiera brotado
de mi ojo de fuego

y de mi grito

news of the world


Leí ayer:
Cayó un metereorito
y produjo un temblor
en Detroit.
Hoy los portales anuncian
la cercanía
de un asteroide peligroso 
a la Tierra.

Te digo,
yo soñé con estos males
y en todos mis sueños
la Tierra ardía

Me pregunto cuánto tardará
en bajar la marea
luego del desastre
Cómo se verá la ciudad
sin su infierno
Podré dormir mejor
después del mundo

Vendrás por aire o por tierra o lava
a traerme tus noticias