Mi padre
Me nombró Soledad
por una isla
de la que poco sabía él
hasta la guerra
Dijo un día que la patria
va más allá de todo
y por eso explicaba
su deseo de partir como voluntario
a pesar de yo estar en camino
o mi hermana tener dos años
Siempre imagino
la furia
de mi madre
aquellos días
Y se cierne sobre mi nombre
una pulseada de deseos
Mi padre no pudo llamarme Malvina
pero me llamó Soledad
Mi madre impuso el nombre de la potencia
porque eso significa Carolina
De todas formas
siempre sentí que mi fuerza
nacía de la soledad
de ahí el arte, la palabra, el fuego.
Puedo ver la fortaleza de la tierra
blandeada por el Atlántico
y el frío de la trinchera
cuando pienso en mi nacimiento
Me urge en la lengua
hablar de todos esos muertos
Es que traigo en el nombre
la fuerza de una isla.
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